Ciudadano del mundo: un academico chileno, profesor de Harvard, ve abrirse las puertas de su pais natal.

AuthorFranklin, Jonathan
PositionDel Otro Lado

Parece una estrella de cine, escribe como un novelista y alquila su talento a los gobiernos latinoamericanos por un alto precio. Ahora Andrés Velasco, brillante economista chileno de 41 años, está en la cumbre del mundo académico como profesor de la Universidad de Harvard.

Velasco es un profesor sociable que resume con elocuencia el matrimonio cultural entre la América anglosajona y Latinoamérica. Incluso el tema en que se especializa, la dolarización, es un producto de corrientes interculturales. Pero desde sus oficinas en Cambridge, Massachusetts, Velasco señala el lado oscuro de su nuevo trabajo en Harvard: la escasez de buena mesa.

"Boston no es el mejor lugar para cenar a las 10 de la noche", la hora a que se suele cenar en Chile, explica. Su restaurante favorito es una hamburguesería grasienta, con el estilo kitsch de los años 70, que le va bien.

Velasco tiene una licenciatura y una maestría de la Universidad de Yale y un doctorado de la Universidad de Columbia. Su destino era ser profesor, y un profesor famoso. Su padre fue un líder político, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y opositor a la dictadura del general Augusto Pinochet.

En una acción que en aquel momento se consideró suicida, Velasco padre tomó el micrófono en una conferencia de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Santiago en 1976 y denunció metódicamente las torturas y las ejecuciones realizadas por la policía secreta de Pinochet. Poco después, la familia Velasco se exilió.

"Me dieron la beca Pinochet", es cómo Andrés Velasco describe el exilio de su familia en Estados Unidos. En vez de sufrir las calamidades de vivir en país extraño, el joven Velasco aprovechó rápidamente las oportunidades de vivir entre dos culturas. "Vivir en el extranjero da un impulso, una agresividad, una falta de temor al poder", dice. En el caso de Chile, la experiencia del exilio también produjo "una generación de líderes mucho más mundana y cosmopolita" entre los que regresaron, dice. No obstante, la mayoría de los chilenos --dentro y fuera del país-- respetan cautelosamente a la afianzada clase gobernante conservadora. Pero Velasco no. Dice que la vieja guardia tiene "más niños en el patio que libros en los anaqueles".

Como...

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