Fondos para los cimientos: el sector latinoamericano de infraestructura atrae a la inversión privada directa; incluye tres artículos relacionados(TT: Funds for the foundations: Latin American infrastructure sector attracts direct private investment; includes three related articles)

AuthorFreer, Jim

Tras años de dependencia de los gobiernos y de entidades multilaterales, el sector latinoamericano de infraestructura atrae a la inversión privada directa.

Eduardo Cardenas recuerda como era Ciudad Juárez antes que el proyecto electroenergético de Samalayuca I comenzara a operar en 1984.

Inevitablemente, cada vez que llovía fuerte las luces comenzaban a parpadear. Algunas veces los apagones duraban varias horas.

"Eso se acabó", dice Cárdenas, natural de Juárez y que ahora trabaja en la sala de control de Samalayuca I. "Hay muchos menos apagones que antes".

Al sur de Ciudad Juárez, la constructora mexicana Empresas ICA y varios inversionistas y prestamistas internacionales financian otra planta que significará un aliciente más para el sector industrial de la ciudad y ayudará a México a satisfacer sus necesidades de electricidad hasta el siglo XXI.

El proyecto de Samalayuca II, valorado en US$647 millones y que debe entrar en operaciones a finales de 1998, será el primero en financiarse con fondos privados que entregue electricidad a la red nacional mexicana. La construcción de la planta de 700 megativos comenzó en junio de 1996, un mes después que la Comisión Federal de Electricidad de México (CFE) y el consorcio de inversionistas acordaron los términos del proyecto.

"Esto ha hecho que México se abra a un mayor desarrollo en este sector", dice Jonathan Lindenberg, vicepresidente de financimiento internacional de proyectos de Citicorp, que coordina el financimiento bancario para Samalayuca II y es el asesor financiero del consorcio. "CFE tiene un gran interés y considera que este tipo de estructura financiera tiene valor".

Los encargados del fomento económico de Ciudad Juárez no esperan un auge económico repentino en el área, donde se ubican muchas de las maquiladoras del país. Pero ayudará a la región a atraer nuevas inversiones.

"No creará un boom, pero no cabe duda que será una ventaja", dice Gerardo Holguín, director de planificación del grupo de fomento económico privado de Ciudad Juárez.

Los grandes proyectos como el Samalayuca II también ayudan a mejorar las perspectivas del actual mercado general de infraestructura de América Latina. Las empresas estadounidenses y europeas de los sectores financieros y de la construcción han comenzado a financiar proyectos de infraestructura en América Latina, una tendencia que comenzó en 1992 a raíz de la aceleración de las privatizaciones en la región.

Los cuatro años de planificación y negociaciones del consorcio de Samalayuca condujeron a crear una estructura innovadora según la cual CFE arrendará el proyecto de manos de los inversionistas durante 20 años, después de lo cual controlará su propiedad. Un alivio adicional fue la participación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Eximbank de Estados Unidos, dos antiguos participantes en el sector de financiación de infraestructura en América Latina.

Los inversionistas en Samalayuca dicen que el proyecto es un ejemplo de cómo socios extranjeros y locales pueden trabajar juntos para satisfacer las enormes necesidades de inversión en infraestructura de la región. Esa necesidad asciende a unos US$10.000 millones al año, según un estudio de GC/LA Infraestructure, firma estadounidense de asesoría, realizado para el BID.

El atraso es consecuencia de lo sucedido en los años 80, cuando los gobiernos latinoamericanos con frecuencia otorgaron concesiones de autopistas, del sector energético y otros a manera de herramientas electorales. Eso llevó a que se iniciaran muchos proyectos que, en retrospectiva, no tenían sentido económico. Las obras de numerosos proyectos están paralizadas, incluidas concesiones de proyectos de acueductos que México otorgó en 1994 y 1994, antes de la crisis del peso.

Jacui, una planta de electrogeneración a carbón en Brasil, es uno de los proyectos sin terminar. El gobierno detuvo las labores en 1989. En febrero de este año, el presidente Fernando Henrique Cardoso autorizó a Internacional Generating Co. (Intergen), filial de Bechtel, de EU, a reanudar las obras, dice West Griffin, vicepresidente de financiamiento de Intergen para América Latina.

Intergen, que diseña y opera plantas electrogeneradoras en todo el mundo, es el dueño mayoritario de TermoEmcali, una planta de electrogeneración a gas que planea con EmCali (43% de participación), empresa generadora privada de Cali, Colombia. Las dos firmas esperan racaudar US$155 millones entre los inversionistas internacionales mediante una emisión de deuda que el coordinator principal, Bear Stearns, planea sacar al mercado a principios de este año.

"TermoEmcali es importante porque establece una fuente adicional de electricidad en la zona oeste del país", dice Alberto Montoya Puyana, presidente de FEN, entidad nacional colombiana que financia proyectos energéticos. "El proyecto equilibrará la generación de electricidad en Colombia y los usuarios podrán contar con un mejor servicios".

En una importante emisión de deuda de 1996, los nuevos administradores privados del aeropuerto bogotano de El Dorado recaudaron US$116 millones para construir una nueva pista. Los inversionistas se sintieron atraídos porque la emisión de deuda recibió una...

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