Cabalgando el auge comercial.

AuthorLong, Gideon

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

América Latina es quizás la región más emocionante del mundo para los minoristas. La clase media en ascenso, el rápido crecimiento del comercio electrónico, el aumento de los ingresos de la mujer son algunos de los factores que la hacen tan atractiva.

Cuando los consultores de AT Kearney publicaron su última edición del Índice Global de Desarrollo Minorista (GRDI, por sus siglas en inglés), quedó claro el vigor actual de la escena minorista de América Latina. En 2013, por tercer año consecutivo, Brasil encabezó el índice. De acuerdo con los autores, es el mejor país del mundo para invertir en comercio minorista.

Sin embargo, Brasil no está solo. Chile obtuvo el segundo lugar en el ranking y Uruguay superó a China en el tercero. Además, Perú, Colombia, México y Panamá finalizaron dentro de los 25 primeros.

Una clase media en expansión, una inflación benigna y un crecimiento económico sostenido han convertido a la América Latina en la región del mundo más atractiva en este sector de la economía. Según Deloitte, los mayores minoristas de la región registraron un crecimiento medio en su ingresos del 14,7 por ciento en 2012, la tasa más alta del mundo. El promedio global fue de 4,9 por ciento.

Pero, ¿qué viene después? ¿Hacia dónde irá el sector? ¿Qué quiere la nueva generación de consumidores latinoamericanos y cómo lograrán los minoristas de la región satisfacerlos?

Tal vez el factor más importante en el auge del consumo ha sido la extraordinaria expansión de la clase media. Según el Banco Mundial, 49 millones de latinoamericanos ingresaron a la clase media entre 2003 y 2009, y la cifra sigue en aumento. El número de personas con mayores ingresos disponibles se ha disparado.

Los minoristas han respondido y cada vez más centran su atención en bienes y servicios que antes se consideraban de lujo: electrónicos, ropa de moda, artículos para el hogar y vacaciones. La gente ha subido a la clase media y los minoristas han bajado a encontrarlos.

En Brasil, por ejemplo, grandes jugadores como C&A y Marisa, que tradicionalmente atendían a una pequeña elite en las clases sociales más ricas (A y B), están ajustando su oferta para adaptarse a compradores con presupuestos más limitados. "Muchos están creando unidades de negocios independientes dentro de la empresa para atender a la clase media", dijo Esteban Bowles, analista senior en AT Kearney.

"Marisa, por ejemplo, uno de los más grandes de ropa y lencería minoristas en Brasil, está...

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