EN BUSCA DE CAMELOT.

PositionTT: In the search of Camelot.

¿Es muy difícil detectar a una compañía fraudulenta? LATIN TRADE decidió averiguarlo. Le dimos a nuestra corresponsal en Costa Rica, Julie Dulude, un artículo noticioso, un par de nombres y dos semanas para que localizara a Camelot Insurance Company, S.A., en San José. Esto fue lo que encontró:

Había llegado el momento de probar mi habilidad como detective en San José: LATIN TRADE preparaba una sección sobre el fraude en los seguros y quería la primicia de una compañía de paraíso fiscal en Costa Rica supuestamente en la mira de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Me habían dado dos semanas para el trabajo, y no había tiempo que perder.

Para empezar, no tenía más que un artículo publicado en marzo pasado en la revista Business Insurance. Según el artículo del reportero Douglas McLeod, Woodrow Wilson Bowling, empresario californiano y fundador de Camelot Insurance Co., S.A., ofreció en el website de la firma una recompensa de US$10.000 por información sobre la fuente de lo que afirma son "mentiras" sobre su status en Costa Rica. Pero poco después la compañía de seguros comerciales bloqueó el acceso a www.camelot-insurance.com.

La Web no me servía, así que llamé a la operadora. Woodrow Wilson Bowling no estaba en la guía y las únicas referencias a Camelot eran una residencia particular, un bar y un edificio de apartamentos. Había quemado los dos primeros cartuchos.

En la oficina de prensa de la Policía Judicial, me dijeron que todas las pesquisas comenzaban con una queja, y que no había ninguna. En la Fiscalía de la República tampoco sabían nada, pero la coordinadora de prensa, Gabriela Castro, me indicó que hablara con alguien del Instituto Nacional de Seguros.

"La ley es muy clara. No sólo la venta, sino cualquier transacción de seguros en el país está prohibida", dijo Luis Mastroeni, gerente de ventas y mercadeo del Instituto Nacional de Seguros. Por lo que le conté, supuso que la presencia de Camelot en Costa Rica habría sido ilegal.

El FBI ni confirmó ni negó que hubiera una investigación en curso.

Ya empezaba a sospechar que descubrir un fraude podía ser difícil. Le envié un mensaje electrónico a McLeod pidiéndole ayuda, pero no me respondió. Entonces fui al Registro Nacional, donde, al menos teóricamente, están inscritas todas las sociedades anónimas. Encontré cuatro con el nombre Camelot en su título, pero ninguna se llamaba Camelot Insurance Company.

Como el contrato típico para cualquier empresa no ofrece detalles sobre su...

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