Mi Buenos Aires querido.

AuthorFabey, Michael
PositionAdministraci

El puerto argentino le quita la carga, y el primer lugar, a Santos, en Brasil.

Las navieras han utilizado el puerto de buenos aires como un magnífico ejemplo de cómo una torpe empresa estatal puede convertirse en una eficiente empresa privada. En los tres primeros años de la privatización, las grúas funcionaron cuando hacía falta, los trabajadores pasaron más tiempo en los muelles que en huelga y la carga llegó y salió con puntualidad.

Pero el volumen de carga es muy pequeño. El calado del puerto no permitía atracar barcos grandes. Y dado el aumento del tráfico de carga a mediados de los años 90, a muchas navieras les resultaba más fácil hacer escala en Brasil, sobre todo en el puerto de Santos, antes de seguir viaje hacia Argentina.

Pero las cosas han cambiado. El negocio del flete marítimo se rige por una ley inflexible: los barcos se mueven, los puertos no. Y los barcos siguen al comercio. Al disminuir el comercio de Sudamérica con EU a fines de la década pasada, ese comercio se desplazó a otras partes, como al sector de autos y piezas de Asia. Ese tráfico llevó los buques hacia Argentina, en vez de a Brasil, porque muchos fabricantes regionales de autos están en Argentina o en Brasil, cerca del puerto de Buenos Aires.

"Esto sucede desde hace unos dos o tres años", dice J. Russell Bruner, director de operaciones regionales en Brasil de Maersk Sealand, una de las mayores navieras en las rutas latinoamericanas. La devaluación del real en 1999 también desvió más tráfico hacia el puerto bonaerense. Y la decisión del gobierno de comprar autos viejos para retirarlos de circulación hizo aumentar la importación de vehículos.

El resultado: Buenos Aires ahora lidera a todos los puertos latinoamericanos en carga en contenedores, según la Asociación de Administraciones de Puertos de Estados Unidos.

Es más fácil enviar autos y piezas a Argentina que a Brasil por varias razones: al crecer el comercio se comenzó a usar buques grandes, algunos demasiado anchos para pasar por el Canal de Panamá, y a dar la vuelta por el Cabo de Hornos, en el extremo meridional de Sudamérica, porque es más rápido y más económico, explica Manny Fernández, a cargo de las operaciones latinoamericanas de la naviera APL.

Los nuevos operadores privados de puertos mejoraron el calado para permitir el atraque de barcos de gran tonelaje. "El puerto [de Buenos Aires] está totalmente modernizado", dice Fernández.

Las rutas africanas. Fernández añade que las navieras pueden integrar...

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