Bomba de tiempo.

• Author: Stinson, Douglass
• Position: Empresas enfrentan reto de actualizar sus sistemas inform

Con los bancos a la cabeza, las empresas latinoamericanas enfrentan los rotos y el costo de actualizar sus sistemas informáticos para el año 2000.

Los entusiastas de la informatica, incluidos los ejecutivos de las principales empresas latinoamericanas, llevan tanto tiempo hablando del asunto que ya tiene nombre: El Problema del 2000.

Pero en el ínterin el nombre podría cambiar a: la bomba de los mil millones de dólares.

El problema del año 2000. El virus del milenio. No importa el nombre, la mayoría de las empresas y gobiernos latinoamericanos planean invertir miles de millones de dólares durante los próximos dos años en una abrumadora y compleja modificación de los códigos informáticos para agregar dos números en cualquier lugar que exista una fecha (el 1/1/99 se convierte en 1/1/1999), lo que permite a las máquinas programar fechas más allá del primero de enero del 2000. De otra manera, las máquinas que operan bajo el sistema actual, que controlan las nóminas y el cálculo de las tasas de interés, sencillamente dejarán de funcionar o crearían un gran caos.

Cualquier estudiante de finanzas sabe que una compañía invierte su capital sobre la base de la expectativa de ciertas ganancias. Se contratan empleados, se modernizan los sistemas y se compran máquinas sobre la base de que tales gastos generarán crecimiento y ganancias.

Eso es lo que convierte en un gran problema esta maldición del 2000. En vez de alimentar el crecimiento, una compañía no devenga ganancias adicionales por invertir en solucionar el problema del 2000, a un costo de casi US$2 millones para una empresa grande. El costo es sólo el precio de poder continuar operando, un gasto atípico para corregir los problemas creados por los programadores de los primeros años, que no tenían a su disposición la misma cantidad de memoria que hoy para almacenar códigos.

Aunque los gerentes de informática latinoamericanos han expresado desde hace tiempo preocupación por los daños que pueda causar el problema, muchos altos ejecutivos han hecho caso omiso de las advertencias o se han mostrado renuentes a entregar fondos con la esperanza de hallar una solución más fácil y barata. Como resultado, la mayor parte de las empresas de la región están a la zaga del resto del mundo en la batalla. El desconocimiento del problema es tan amplio que una encuesta realizada en Argentina el año pasado por la firma de investigación de mercado IDC sencillamente fracasó. "Les preguntamos cómo les iba en la solución...