Bajo el hacha del leñador.

AuthorBrown, Greg
PositionProtecci

Suena la alarma para detener la destrucción de los bosques chilenos.

Después de vivir en Miami durante 15 años, el ingeniero aeronáutico chileno Félix Oyarzo estaba listo para regresar a su pueblo natal, Puerto Montt.

El puerto es la vía de acceso al boscoso sur del país, una pasmosa topografía de volcanes de cumbres nevadas, fiordos cristalinos y bosques templados donde abundan espectaculares árboles autóctonos. Cada año, más de 100.000 turistas salen de Puerto Montt en todo tipo de expediciones, así que Oyarzo decidió que un hotel sería la mejor inversión.

Oyarzo dice que ahora ve menos visitantes, a medida que aumentan las actividades de agricultura y silvicultura en la región. "Cuando uno va por las autopistas, se ve la destrucción", dice este hotelero de 50 años. "Antes salía de mi casa en motocicleta y enseguida estaba entre los árboles. Ahora me demoro media hora para llegar al bosque".

Y Oyarzo no es el único preocupado. El movimiento ecologista chileno lleva años dando la voz de alarma y denunciando lo que considera una débil política forestal unida a una ambición desmedida. Y el coro ya cuenta con más voces: los dueños de hoteles, los operadores turísticos y los que se dedican a la cría del salmón se oponen enérgicamente a los planes forestales, que según ellos podrían devastar el suministro de agua potable de la región y afectar una industria exportadora de US$1.000 millones que depende de delicados factores ambientales.

Sin los árboles, las corrientes rápidas que bajan de los Andes formarían lagunas de lodo, afirma Hans Kossmann, director ejecutivo de Patagonia Salmon Farming en Puerto Montt. También causarían la formación de barreras de algas que literalmente asfixiarían a los salmones en sus corrales marinos al consumir todo el oxígeno del agua. "No estamos contra la silvicultura", dice Kossmann. "Pero una vez que el daño esté hecho, la recuperación demorará mucho tiempo. La calidad del agua debe ser la base de cualquier estudio ambiental".

Como suele ocurrir en los debates sobre recursos naturales, equilibrar los intereses económicos es sumamente difícil. El censo forestal más reciente de Chile muestra que los bosques sólo abarcan la quinta parte del país, y la gran mayoría de los casi 16 millones de hectáreas está en las tres regiones más meridionales, que son centros del turismo, la industria del salmón y la industria maderera.

Grandes subsidios. El negocio de la explotación forestal aún es modesto y se compone básicamente...

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