Bajando por el Amazonas.

AuthorFabey, Michael
PositionAndr

El grupo brasileño André Maggi ha descubierto una forma rápida y económica de llevar su soya a los mercados internacionales.

JUSTO AL ESTE DE MANAUS, EL OSCURO y rápido río Negro se une con el pastoso y apacible Solimoes. Los dos coinciden en un tramo de ocho kilómetros en el mismo canal y se mezclan lentamente.

No es fácil mezclar las modalidades de transporte de carga en el Amazonas. Pero una compañía ha encontrado la manera de conquistar no sólo la logística del Amazonas, sino también otras barreras intermodales que obstaculizan el traslado de carga desde el interior hasta la costa del país.

El grupo André Maggi ha creado una red de camiones y barcazas para trasladar cientos de miles de toneladas de soya desde su sede en Chapada dos Parecis, en el interior de Mato Grosso, hasta el mar, rumbo a Japón, Italia y otros mercados extranjeros.

Es un viaje considerable en un país que sólo mueve el 10% de su carga por los ríos, a pesar de tener uno de los mayores esqueletos fluviales navegables del mundo. "No tenemos los sistemas fluviales de Europa o de Estados Unidos", dice Blairo Maggi, presidente del directorio de la empresa. "Pero lo estamos desarrollando".

Esa clase de proyecto cuesta dinero, unos US$28 millones sólo para construir el puerto de la compañía en Itacoatiara, donde el río Madeira se une al Amazonas y donde la soya se pasa a barcos mayores que salen al mar.

Además, está la burocracia. En Brasil, una compañía naviera, transportista o consignataria necesita documentos nuevos cada vez que un cargamento pasa de un camión, barcaza, barco o avión a otro medio de transporte. "No se puede transportar carga desde Minas Gerais y combinarla con más carga en S o Paulo sin pasar por la aduana en los dos lugares", dice Leonardo D.M. Abreu, director de la firma de logística Circle International Group, de Sao Paulo.

Con lentitud. El gobierno estudia una ley que facilite el proceso intermodal de las compañías de logística y de empresas como Maggi que quieren transportar su carga.

Pero el gobierno brasileño es muy lento a la hora de cambiar las normas del transporte. Y las compañías como el grupo Maggi, el mayor productor de soya de Brasil, no pueden darse el lujo de perder tiempo.

Antes de crear su estructura actual, Maggi...

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