Una apuesta alemana.

AuthorHonor
PositionMercedes-Benz desplaza parte de su producci

A un cuando salta de una iniciativa comercial a otra, Martín Rivas nunca

pierde de vista su ambición de toda la vida. Este empresario argentino de 29

años siempre ha soñado con tener un Mercedes-Benz.

"A veces me imagino a mí mismo conduciéndolo por las calles de Buenos Aires,

con las ventanillas bajadas y la música a todo volumen", dice. "¡Qué

sensación!"

El caso es que ahora ese sueño no parece tan lejano. Mercedes-Benz, el

legendario fabricante alemán de autos, ha decidido poner un pie en América

Latina, y su meta es convertir en clientes a personas como Rivas antes de lo

esperado.

Fundada hace más de un siglo, la firma no es una extraña en la región.

Mercedes-Benz fabrica camiones y autobuses en Argentina y Brasil desde los

años 50, y es el principal suministrador del mercado latinoamericano de

vehículos comerciales, donde vendió 47.000 unidades en 1996. Su nueva fábrica

de Buenos Aires, inaugurada en septiembre del año pasado, debe producir unas

15.000 furgonetas por año.

Ahora Mercedes-Benz ha decidido establecer una presencia similar en el mercado

latinoamericano de automóviles. Aunque las ventas de vehículos comerciales han

bajado debido a la situación económica de la región, la demanda por sus

sedanes y cupés deportivos se ha mantenido al alza. En 1996 se vendieron 6.633

autos Mercedes-Benz en América Latina, tres veces más que en 1991.

"Pronosticamos un futuro brillante para nuestros autos en la región", afirma

Christian Dau, portavoz de la sede central de la empresa en Stuttgart.

De hecho, América Latina se ha visto involucrada en la revolución que

transforma al gigante automotriz germano. Cansada de los altos costos en

Alemania y de los elevados aranceles en el extranjero, la empresa ha decidido

repensar la práctica tradicional de fabricar vehículos en Alemania. La firma

inauguró en México su primera planta de ensamblaje en América Latina. La

internacionalización de la producción es cosa arriesgada porque los clientes

de Mercedes-Benz son devotos de lo 'Hecho en Alemania'. Sin embargo, la

desconfianza en los Mercedes no ensamblados en Alemania es más débil en

América Latina que en cualquier otra parte: es posible que los 1.200 autos que

Mercedes-Benz ensambla por año en México no sean bien recibidos en Estados

Unidos o Europa, pero los latinoamericanos los compran como pan caliente.

"Afortunadamente, los latinoamericanos parecen estar más dispuestos a aceptar

que un Mercedes es un Mercedes, no importa donde se ensamble", afirma...

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