Amos desempleados.

AuthorLazaroff, Leon
PositionTT: Unemployed masters.

Wall Street reduce sus operaciones latinoamericanas.

Sentado ante un pequeño escritorio rectangular con una computadora y unos cuantos papeles, Jorge Piedrahíta pasa gran parte del día en una oficina alquilada en Park Avenue buscando un empleo con una firma bancaria de Wall Street. Hace unos cuatro meses que el corredor argentino perdió su puesto de director de operaciones latinoamericanas de corretaje con recursos propios en West Merchant Bank, puesto que sólo ocupó un mes tras dejar un cargo también elevado en Citicorp Securities.

Piedrahíta no está solo. En los últimos doce meses, cientos de corredores, analistas y asesores de alto calibre especializados en América Latina han perdido empleos bien pagados en grandes firmas de Wall Street. De momento son, para usar la frase de Toro Wolfe en La hoguera de las vanidades, los amos del universo desempleados.

En el mundo de las finanzas, donde la competencia reñida es la orden del día, los empleos dependen de la razón más elemental: las ganancias. O se genera dinero para la empresa o hay que marcharse. Los jóvenes magos de las finanzas latinoamericanas ya no apoyan los grandes negocios de antes, así que se deben marchar.

Como mercado, América Latina prácticamente se ha agotado por ahora. La devaluación del real en Brasil marca el fin de una era en la que las firmas creaban divisiones latinoamericanas para manejar grandes acuerdos. Los que intervinieron directamente en los altibajos económicos de la región se llenaron los bolsillos y ocuparon por un tiempo las candilejas del mundo de las finanzas.

Las contiendas de Wall Street. Wall Street ha creado jóvenes muy ricos y, en algunos casos, muy desesperados. Chris Taylor, ex analista de telecomunicaciones de Banker's Trust, informa que dos ex colegas ganaron tanto como él mientras trabajaron juntos, pero que no ahorraron nada. A diferencia de Taylor, quien planea tomarse un año libre mientras busca cuidadosamente su próximo empleo, algunos ex amos están más desesperados que otros.

Pero nadie pide compasión. Los salarios de Wall Street, justa o injustamente, reflejan los grandes riesgos y presiones del sector. Las altas y las bajas no son más que parte del juego. "Nadie debe sentir lástima por alguien que gana US$200.000 o US$500.000 [al año]", dice Taylor tras llegar de un viaje a la India. "No quiero parecer arrogante, pero en los buenos tiempos se contrató a personas que quizá nunca debieron haber entrado en Wall Street. Algunos perdieron sus puestos debido a conflictos internos o simplemente porque no dieron la talla". Taylor relata que perdió su trabajo en Banker's Trust en una reñida batalla de política interna.

La súbita decisión de West Merchant de desmontar prácticamente sus operaciones latinoamericanas dejó en la calle a Piedrahíta y a vatios colegas. La firma dice que las reducciones se debieron a la repentina crisis de Rusia, pero Piedrahíta opina que Rusia no debe cargar con toda la culpa. En los últimos...

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