Álvaro Fernández Garza: poder regiomontano.

AuthorGuti

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

En los tres años desde que el economista y administrador de empresas Álvaro Fernández Garza asumió la presidencia del grupo mexicano Alfa, los ingresos en dólares del conglomerado crecieron en promedio 22 por ciento por año, los activos 13 por ciento y el margen de operación pasó de 7,6 por ciento a 8,1 por ciento. Pero esas cifras son sólo una parte de la historia de éxito. También creció la presencia internacional del conglomerado. Con 85 plantas productivas en 18 países del mundo las ventas en el extranjero pasaron de representar algo más del 50 por ciento del total a superar el 61 por ciento.

Pero hay más. Alfa se convirtió en un jugador indiscutido de las grandes ligas. Hoy, uno de cada cuatro vehículos del mundo tiene partes fabricadas por Nemak, la filial automotriz de Alfa que es el mayor fabricante de componentes de aluminio de motor del planeta. Como si fuera poco, la totalidad de las cabezas de los motores Porsche y Audi son Nemak. Eso habla, como dice con orgullo Álvaro Fernández, de la clase mundial de la empresa y de su ingeniería.

Los inversionistas reconocen el efecto de los cambios sobre los ingresos futuros. El precio de la acción de la empresa de Monterrey, que tiene US$15.200 millones de capitalización bursátil, aumentó casi 80 por ciento en dólares en los últimos doce meses.

Pero no siempre fue así. En los ochenta los precios del petróleo y las dificultades del país llevaron al grupo prácticamente a la quiebra. "Eso no se nos olvida", dice Álvaro Fernández en entrevista en su oficina, ubicada al pie de la Sierra Madre. No se les olvida, pero fueron capaces de ponerlo en el pasado. Con el mismo equipo que sobrevivió a la época de problemas, lograron la fantástica recuperación.

¿Cómo se consigue darle la vuelta a un negocio de esa manera? La fórmula de Álvaro Fernández empieza con dos elementos clave: confianza y apertura. Quizás tiene que ver un poco con su juventud (nadó en 1968) y con su modo de ser, vital, amable, cercano e informal. La organización Alfa tenía fama en los noventa de ser bastante formal y jerarquizada y su alta dirección, de ser relativamente impenetrable. Su llegada produjo un cambio cultural que reconocen 60.000 empleados en 18 países.

De otro lado, en un negocio diversificado, en petroquímica (con su filial Alpek), autopartes (Nemak), alimentos (Sigma), telecomunicaciones (Alestra) y petróleo (Newpek), es muy difícil ser experto absoluto en todas las áreas. Eso lo reconoce el...

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