Ajuste de cuentas.

PositionEconom

En vez de otro auge navideño --el cuarto consecutivo desde que se redujo la hiperinflación en 1994-- los brasileños tuvieron que afrontar una crisis que detuvo temporalmente un apogeo sin precedentes del consumo.

Y sus políticos sólo tenían parte de la culpa. La crisis se originó en un ataque global contra los valores, provocado por una gran crisis económica y monetaria de Asia, hasta hace poco el mercado emergente más sólido. Sin embargo, la caída de la bolsa de Sáo Paulo (Bovespa) también se debió a dos debilidades básicas que muchos inversionistas veían en Brasil: un déficit presupuestario y en cuenta corriente significativos. Muchos analistas también observaron que la moneda, el real, estaba sobrevalorada en un máximo del 20%, lo que dio pie a conjeturas sobre una posible devaluación.

El gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso --aunque negaba que el real estuviera sobrevalorado-- estaba consciente del posible peligro de los déficit, y planeaba reducirlos tras los comicios de octubre de 1998, que en ese momento esperaba ganar sin mayores problemas.

Pero la crisis cambió la situación.

Cuando Brasil sufrió el ataque, Cardoso se vio obligado a reaccionar. El banco central duplicó las tasas de interés al 43%, mientras defendía el real con miles de millones de su fondo de reservas de más de US$60.000 millones.

Luego anunció un severo programa de ajuste fiscal para hacer aumentar los ingresos en 20.000 millones de reales (US$18.100 millones), más del doble de lo que esperaban los analistas más optimistas.

Los aspectos más destacados del programa son un aumento del 10% al impuesto sobre la renta, un aumento al impuesto al IVA sobre autos y bebidas, un aumento del 5% al precio de la gasolina, una reducción del 15% en el gasto público y eliminar 33.000 empleos del gobierno.

Sin embargo, Cardoso y sus principales asesores financieros, que consideran la reducción de la inflación como piedra angular de su gobierno, y la clave para su reelección, descartaron una devaluación.

Analistas y economistas del sector privado dieron la bienvenida al ajuste, aunque algunos dudaron de los cálculos sobre los nuevos ingresos. ING Barings estimó que podrían llegar a entre 12.000 y 15.000 millones de reales, mientras Banco Patrimonio apuntó muy por debajo, a 3.300 millones de reales, debido a pérdidas en las recaudaciones por concepto de impuestos debido a menos ventas al consumidor.

"Las medidas... probablemente representen el mejor...

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