Agenda de innovación de América latina.

AuthorMaloney, William F.

La región se enfrenta a numerosos retos en la profundización de su capacidad de innovación. Para empezar, hay rezagos importantes en las bases fundamentales de una sociedad innovadora. El espíritu empresarial es la consigna.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Dos acertijos del ya lejano 1900 contribuyen al debate actual sobre la política de crecimiento y comercio de América Latina. En primer lugar está la pregunta de si los recursos naturales son intrínsicamente "malditos". Si lo fueran, ¿cómo lograron los extranjeros tomar sectores estancados como el de la minería regional para convertirlos en industrias dinámicas? En segundo lugar, si el clima de negocios y las instituciones de la región eran tan desalentadores para los negocios, entonces ¿por qué los inmigrantes fueron capaces de contribuir a la industrialización de manera tan desproporcionada donde los locales no lo hicieron?

Las respuestas a ambas preguntas se encuentran en la ausencia de una clase empresarial local moderna, cosmopolita y conocedora de la tecnología, así como de las instituciones de apoyo para la adopción de tecnología e innovación. Una medida burda de ambos permite ver el problema. Suecia y Dinamarca tienen cinco veces más ingenieros recibidos en el país que Chile y Argentina, con el mismo nivel de ingresos. En el caso de la minería, esto significó que los latinoamericanos fueron incapaces de usar los avances en metalurgia y química. En términos más en generales, significó que la región no estuvo preparada para la Segunda Revolución Industrial.

Un siglo más tarde, a pesar de que se sabe que la composición de las exportaciones regionales frena el crecimiento, América Latina aún tiene problemas innovando en la gama de productos que exporta. En 1980, México y Corea ensamblaban productos electrónicos y computadores, los dos con índices de patentes igualmente bajos en estos sectores. Pero después de tener a HP e IBM por 30 años en Guadalajara, hoy hablamos con un Samsung Galaxy, en lugar de un Teléfono A(zteca). También fue una empresa de Massachusetts la que inventó el Frankenfish, un salmón genéticamente alterado para crecer a súper velocidades. No fue Chile, cuyo producto insignia es el salmón. En estos casos, las exportaciones aparecen sin muchos cambios en las estadísticas --cobre, computadores, salmón--y sin embargo, terminan desarrollándose de manera radicalmente diferente, dependiendo de la habilidad que cada país tenga para innovar en torno al producto. Las políticas deben...

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