Cómo afrontar una crisis.
Author | Blount, Jeb |
Position | Nuevas ideas y soluciones - TT: How to face a crisis - TA: new ideas and solutions |
Esta preparado para una crisis? Latinoamérica está plagada de riesgos. En
algunos países, las catástrofes naturales pueden echar por tierra fábricas
enteras y desmantelar las comunicaciones. Además, abundan los peligros
causados por el hombre. Los sistemas políticos y jurídicos pueden cambiar de
la noche a la mañana. Las protestas, tanto violentas como pacíficas, pueden
socavar la reputación de una compañía y hasta poner en peligro las vidas de
los empleados. El error humano no reconoce fronteras.
Para los negocios, el riesgo no necesariamente es un mal (en América Latina
suele ser una oportunidad) pero afrontarlo puede equivaler a caminar por una
cuerda floja. Y por muy ágil que sea un gerente o una compañía, es preferible
caminar por la cuerda con una malla de seguridad debajo. Porque durante una
caída es difícil planear un buen aterrizaje. La falta de previsión suele
terminar con un estruendo.
"No se puede planificar el control de una crisis en medio de una crisis", dice
Louis Palumbo, asociado de Incident Management Group, importante compañía
norteamericana de control de crisis con gran experiencia en América Latina.
Este sencillo axioma es el primer artículo de fe de todo especialista en
crisis.
"Hay que estar preparado para reaccionar en cualquier momento a cualquier
desastre, natural o causado por el hombre", afirma Gordon Kettler, director
general de General Motors. "Puede ser un terremoto o un golpe de Estado".
La crisis también suele golpear cuando menos se espera.
Hace tres años, la empresa norteamericana Enron creyó que había hecho todo lo
necesario para entrar bien en el mercado guatemalteco. La compañía eléctrica
había ofrecido un contrato de cuatro años y estaba lista para invertir US$100
millones en el mejoramiento del ineficiente sistema eléctrico local a cambio
de un precio de generación de 5,6 centavos de dólar por kilovatio/hora. Un
consorcio local había propuesto un contrato a 20 años con un precio de 12
centavos de dólar por kilovatio/hora. El gobierno opinó que el acuerdo con
Enron era mejor: un precio más bajo, más flexibilidad. No parecía haber
obstáculos para que Enron se quedara con la concesión.
Pero el consorcio local no pensaba lo mismo. Un precio más alto y menos
flexibilidad era justamente lo que quería, y estaban preparados para lo que
fuera con tal de obtener el contrato.
"Montaron una gran campaña contra Enron en un intento por descalificar a la
compañía", dice Julio Ligorría, presidente de Delta Consultores, un grupo de
relaciones públicas y control de riesgo de la Ciudad de Guatemala. "Enron me
llamó inmediatamente. Teníamos que lanzar una campaña para contarle a la gente
cuál es la verdad sobre el acuerdo. Al cabo de tres años de trabajo duro, una
subsidiaria de Enron, Puerto Quetzal Power, opera muy bien y abastece de
electricidad a toda la región centroamericana. Superar esta crisis contribuyó
a abrir todo el proceso de la desestatización".
Pero no todas las crisis son como las de Enron, que puede considerarse
crónica, y no súbita o catastrófica. Con el tiempo, se puede salir del
aprieto. Sin embargo, el hallazgo de veneno en uvas chilenas en una terminal
de frutas de Estados Unidos en 1989 tuvo un efecto inmediato y devastador en
las importaciones desde Chile. Una crisis más reciente fue una epidemia de
hepatitis que supuestamente se transmitió a través de una jalea de fresas
procesada en Estados Unidos. Las fresas provenían de México (y se incluyeron
ilegalmente en un programa del Departamento de Agricultura de Estados Unidos
destinado a suministrar alimentos a las escuelas públicas). Aunque no se sabe
con certeza si la contaminación se produjo en México o en la procesadora en
Estados Unidos, las ventas de fresas y sus precios, tanto mexicanas como
norteamericanas, bajaron inmediatamente.
A pesar de las pruebas en contra, tras más de una década de duro esfuerzo de
relaciones públicas, a McDonald's todavía se le acusa de ser responsable de la
destrucción de la...
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