¡Al abordaje!(TT: On board.)

AuthorFabey, Michael

El puerto de Miami la emprende contra los ladrones de carga, pero todo tiene un precio.

Hubo una época en que los cacos hacían de las suyas en el puerto de Miami. Pero las cosas han cambiado.

Nuevas máquinas de rayos X examinan a distancia el interior de los contenedores en busca de drogas y otro contrabando. Los camiones que entran al puerto pasan por varios puntos de control rigurosos. Los inspectores de la Aduana son más estrictos que nunca. Y en momentos en que los delitos en los puertos de Estados Unidos han aumentado un 20%, a casi US$12.000 millones anuales en pérdidas, Miami presenta batalla.

"La situación en el puerto ha mejorado mucho", dice John Hyde, jefe de seguridad de Maersk-SeaLand, una de las mayores empresas de transporte marítimo que cubre las rutas latinoamericanas y uno de los principales usuarios del puerto.

Muchos narcotraficantes, afirma Tracy Reinhold, agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), han comenzado a operar en el sector del transporte de carga porque pueden ganar mucho dinero con mucho menos riesgos: las penalidades por traficar un contenedor de microprocesadores son mucho menores que si fuera cocaína.

Si antes el gran problema era el robo en menor cuantía en los camiones, ahora los delincuentes se infiltran en las empresas de transporte, crean facturas y documentos falsos y se dedican a vaciar y rellenar contenedores en los almacenes.

"Es un negocio muy líquido", explica Reinhold. "Se roban las cosas hoy y las venden en 72 horas. Es un problema constante para los puertos grandes, como Nueva York, Miami y Memphis".

El aumento de la vigilancia en el puerto de Miami, la mayor terminal portuaria de Estados Unidos que maneja carga desde y hacia Latinoamérica, se produce en medio de un ataque nacional contra este flagelo. Hace casi un año, el FBI inició la operación 'Sudden Stop', que generó 400 arrestos y encausamientos. "A principios de los años 90 comenzamos a dedicar más esfuerzos a los delitos relacionados con las pandillas y menos a los delitos contra la propiedad", afirma el agente Reinhold. "Ahora vamos en sentido contrario".

Pedido a la orden...

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