¡Al abordaje!(ataques piratas, Brasil) (TT: All aboard!) (TA: pirate attacks, Brazil) (Incluye datos estadísticos)

AuthorFabey, Michael

La piratería todavía es una plaga en los puertos brasileños. Santos la combate con eficiencia y con balas.

Una noche oscura y tenebrosa de enero, en el puerto de Santos, Percival de Araújo Costa se dejó guiar por el instinto. Echó mano a lo aprendido en las fuerzas armadas para enfrentarse a los disparos y a los gritos.

El capitán del puerto y sus seis patrulleros se batían contra una banda de cuatro. Los pandilleros estaban mejor armados: tenían Uzis, frente a las pistolas de los policías. Uno de los agentes se quedó sin balas. Otro no titubeó. Esquivando los proyectiles y saltando por encima de cajones y otros objetos, se acercó a los maleantes y abrió fuego. "Si uno lo piensa dos veces, no lo hace", dice Araújo.

Cuando el tiroteo concluyó, un pirata estaba muerto y dos tripulantes del tanquero británico Isomeria estaban heridos. Ese fue el último ataque pirata en el puerto de Santos, el de más movimiento de América Latina. "Aquí ya no hay esas agresiones organizadas", dice Araújo, responsable de la seguridad de los muelles.

Aunque su optimismo quizá sea prematuro, las navieras no han dejado de observar el esfuerzo. Ove C. Tvedt, secretario general adjunto del Consejo Marítimo Báltico e Internacional (BIMCO), la mayor organización naviera privada del mundo, dice que Santos ha avanzado mucho.

Así parece. La Oficina Marítima Internacional, con sede en el Reino Unido y parte de la Cámara de Comercio Internacional que persigue los delitos marítimos, informó que en 1997 hubo seis ataques en Santos y Río de Janeiro. Aunque desde entonces el promedio de Río de Janeiro ha aumentado, Santos sólo reportó el ataque al Isomeria.

El año pasado Brasil ocupó el quinto lugar a nivel mundial con nueve ataques (ver tabla adjunta). Sin embargo, la cantidad real de ataques en cualquier puerto probablemente sea el doble o el triple de lo que dicen los informes, porque muchas navieras ordenan a sus capitanes que no informen sobre las agresiones.

"Si abordan un barco en Río de Janeiro, y no hay heridos, no denunciamos nada", dice el ejecutivo regional de una importante naviera con negocios en Brasil. "No podemos darnos el lujo de quedar amarrados por la investigación oficial", afirma.

Araújo no concuerda. "¿Qué son 24 horas para una investigación? Tenemos que hablar con los tripulantes, tenemos que conseguir descripciones. En un lugar como Miami sería lo mismo".

El año pasado, Miami reportó tantos ataques como Santos. Pero en cualquier puerto, además de las...

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