2014 aumenta el riesgo político.

AuthorPrice, John
PositionRiesgo de explosi

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Desde las protestas de junio en Brasil, que tomaron a sus líderes y al resto del mundo por sorpresa, muchos se han preguntado si las frustraciones de la nación más grande de América Latina podría extenderse en un futuro cercano a otras partes. Lo más seguro es que sí.

Hay cuatro tendencias preocupantes para la región que en conjunto permiten predecir un período de creciente riesgo político. El auge de las commodities que impulsó a las economías de América del Sur durante la última década alcanzó su punto máximo a finales de 2012 y continuará su disminución gradual en los próximos años. El cambio en China, que pasó de ser una economía impulsada por la inversión en infraestructura a una más equilibrada hacia el consumo interno, redujo la demanda de metales industriales. La expansión del suministro de energía en América del Norte y el Medio Oriente reducirá los precios del petróleo y el gas en el futuro. La esperada moderación de la expansión monetaria cuantitativa en Estados Unidos y China erosionará aún más los precios del oro.

Los gobiernos de América del Sur son vulnerables a la caída de los precios de los productos básicos. Las regalías en minería y energía, las petroleras estatales, los impuestos a la exportación y las ventas por concesión: todas ayudan a Henar las arcas & los gobiernos. Desde 2003, el gasto público en Latinoamérica ha crecido cerca de un 15 por ciento al año en dólares, una cifra sorprendente en un mundo caracterizado por la austeridad. El boom de gasto regional se produjo en parte para modernizar la débil infraestructura y para aumentar la productividad. Con todo, la calificación de la región en competitividad ha empeorado: la educación sigue siendo accesible pero no se ha reformado, y los logros en infraestructura pública son, mando mucho, una mezcla de demasiados proyectos limitados por el nepotismo y la corrupción. De hecho, según Transparencia Internacional, la corrupción es peor hoy en toda la región que lo que era hace una década.

Se suponía que en el decenio 2003-2012 América Latina alcanzaría a los emergentes asiáticos gracias a los altos precios de las materias primas, a las tasas de interés bajas y a la situación demográfica favorable. En cambio, la región se quedó atrás. Colombia, Perú y Uruguay deben ser elogiados por no haber abandonado su compromiso de reformar. Sin embargo, el ritmo y el alcance de las reformas en Brasil, Argentina, Chile y Venezuela ha sido decepcionante.

En el...

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