TV CHILLONA.

AuthorEpstein, Jack
PositionBrasil - TT: Screaming television. - TA: Brazil

En su feroz competencia por los anuncios, las cadenas brasileñas recurren al exhibicionismo.

La nueva superestrella de la television brasileña es la escultural Tiazinha (Tiíta), que sale vestida con una sensual ropa interior, tacones altísimos y una máscara de arlequín. Tiazinha blande un látigo con el que arranca pelos de las piernas de jóvenes participantes masculinos cuando no responden bien sus tontas preguntas. Pero si responden bien, la Feiticeira (la Hechicera), una rubia curvilínea vestida de bailarina oriental, les da un masaje en la espalda o se sienta en sus piernas.

Los dos programas de variedades más populares del domingo siguen la inclinación sadomaquista de Tiazinha y se transmiten a la misma hora. Domingo Legal, de la cadena SBT, y Domingón do Faustao (el Domingón del Gran Fausto) sudan contenido sexual: se invita a los participantes a luchar en bañeras con mujeres en bikini o se pide a actores de telenovelas que coman sushi colocado sobre el cuerpo desnudo de una modelo.

Y para los que quieren ver algo más, ahí está el presentador Ratinho (la Ratita), con su polémico programa con participación del público. Ratinho, un bigotudo de 200 libras, comparte el escenario con personas que sufren deformidades espantosas, como un niño con 26 tumores en la boca y una mujer a la que el celoso marido le sacó los ojos. También enarbola un garote cuando hace de árbitro en reyertas por problemas de deudas y relaciones extramaritales, o examina casos raros como el "hombre encinto".

Así sobrevive la TV brasileña, mientras la crisis económica le pasa la cuenta a un mercado publicitario de US$3.500 millones, en un país donde hay más casas con televisor que con refrigerador.

El problema no son los televidentes, que son más que nunca. Los ejecutivos del sector calculan que los televidentes pasan más de siete horas al día frente a la pantalla, uno de los índices de sintonía más altos del mundo.

Pero los anunciantes se esfuman: la cantidad de anuncios transmitidos en los dos primeros meses de 1999 fue 18% menos que los 887.421 avisos del mismo período de 1998. Las cadenas respondieron elevando las tarifas, lo que hizo más valioso cada anuncio vendido a un número cada vez menos de compradores.

Como consecuencia, las grandes cadenas de Brasil libran entre bastidores una reyerta de programación por captar la atención del televidente y el dinero de los anuncios. En este enfrentamiento no hay escena de nudismo o perversión que no valga, lo que la prensa...

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