Préstamos pequeños, sueños grandes.

AuthorCeaser, Mike
PositionTT: Small loans, big dreams.

Tras ayudar a cientos de miles de pequeños negocios en Bolivia, el microcrédito se convierte en una víctima de su propio éxito.

Desde hace tres años, la familia Morales amplía Melanie Export, su negocio de confección de ropa cerca del centro de la capital boliviana, comprando nuevas máquinas y un vehículo para la distribución, contratando más empleados y añadiendo productos. A 20 kilómetros de distancia en auto, en la empobrecida población de El Alto, Petronilla Quentas aporta al sostén familiar cosiendo bolsas de lona que las mujeres de la localidad usan para llevar frutas y verduras del mercado.

Estos dos pequeños negocios tienen una cosa en común: se han beneficiado de micropréstamos. Ladislao y Melania Morales dicen que el dinero recibido de Fomento a Iniciativas Económicas (FIE) es la única opción práctica para conseguir crédito.

"El banco no nos presta fácilmente", dice Ladislao Morales, cuyo negocio funciona en la economía informal. "Nos piden muchas garantías y trámites". La familia Morales ha utilizado el microcrédito durante cinco años; su último préstamo fue de US$3.000.

Hace 20 años el microcrédito prácticamente no existía, y hoy constituye más del 70% de los préstamos en Bolivia. Pero los micropréstamos han comenzado a sufrir las consecuencias de su éxito.

"Hace quince años los pobres no tenían acceso a crédito", explica Carmen Velasco, directora ejecutiva de Pro Mujer, organización no gubernamental que ofrece préstamos a Quentas, la fabricante de bolsas, y a otras microempresarias. "Ahora hay tanta oferta de crédito que muchos se han endeudado en exceso".

En años recientes ha surgido una legión de compañías que ofrecen préstamos al consumidor, muchas veces a los mismos clientes con préstamos comerciales, que carecen de experiencia para evaluar la capacidad de pago de los clientes, permitiéndoles endeudarse en extremo. "[El microcrédito] era la forma más barata de generar empleo, pero se está saturando", dice Luis Felipe Hartmann, viceministro de Microempresa de Bolivia. "La cartera [de acreedores] está estancada".

La tendencia del microcrédito comenzó en Bangladesh en 1976, cuando se fundó Grameen Bank, una leyenda en la batalla por el desarrollo. En Bolivia, varias organizaciones no gubernamentales comenzaron a ofrecer microcrédito a fines de los años 80 después que graves problemas económicos, que el gobierno trató de combatir con fuertes medidas de austeridad, causaron el colapso de gran parte del sector financiero oficial...

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