A dos clics del paraíso.

AuthorBelejack, Barbar
PositionM

Las penas de la villa de San Felipe son un ejemplo de lo que le sucede a la Internet en las zonas rurales de México.

San Felipe se alza en la costa occidental Del Mar de Cortés, en Baja California, México. Después de 14 años, su único semáforo ha vuelto a funcionar.

A pesar de esta pequeña victoria, no todo anda bien en este pueblito de pescadores de camarones y extranjeros retirados: el servidor informático no funciona bien y los mensajes electrónicos terminan en el más allá. O como explica el médico retirado Tony Colleraine en un lenguaje más técnico: "Los electrones perdieron los estribos y la computadora se volvió loca".

Colleraine construyó su casa en San Felipe para alejarse del laboratorio y dedicarse a meditar. Ahora pasa la mayor del tiempo pensando en Net, un proyecto local sin fines de lucro que él ayudó a fundar hace dos años y que hace las veces de proveedor de servicios de Internet y café cibernético, y fomenta el desarrollo económico y la educación. Los problemas que enfrenta Net son un ejemplo clásico del desarrollo de la Internet en las zonas rurales de México:problemas de tecnología, el clima (el calor, la humedad, el polvo y la arena), lo errático del servicio eléctrico, un servicio telefónico limitado y encontrar los fondos necesarios para seguir funcionando.

México fue uno de los primeros países latinoamericanos en liderar el uso de la Internet. En una nación donde sólo el 10% de los habitantes tiene teléfono, y donde las necesidades básicas son enormes, el potencial de crecimiento de la cantidad de usuarios de la Internet es obviamente limitado. Pero quizás es en México donde la Internet se ha dejado sentir con más fuerza en la región, donde la batalla por el corazón del espacio cibernético estalló desde que los rebeldes zapatistas y sus partidarios comenzar a usar el correo electrónico y la Internet para obstaculizar la intervención militar del gobierno.

En las ciudades de Tijuana y Mexicali, la Internet es tan omnipresente y adictiva como en Estados Unidos. Pero las áreas rurales y pueblos aislados tienen muy poco servicio o ninguno. La empresa telefónica local que cubre San Felipe, Telnor, no tiene interés en instalar líneas en áreas de baja densidad demográfica y bajos recursos. En San Felipe hay sólo un millar de teléfonos, en su mayoría de negocios.

Colleraine comenzó por organizar una...

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