Nueva Santiago: en Chile, el presidente Lagos le apuesta a descongestionar el tráfico y reducir la contaminación.

• Author: Joelson, Daniel A.

El tráfico y el aire contaminado de Santiago son famosos a nivel mundial. Por eso, el presidente chileno Ricardo Lagos--quien fue ministro de Obras Públicas--quiere invertir US$1,500 millones para combatirlos. Uno de los proyectos estrella de Lagos, llamado Transantiago, busca combinar los sistemas de bus y metro de la ciudad para elevar la calidad de vida en la capital chilena.

Como muchas ciudades de Latinoamérica, Santiago alberga a un tercio de la población del país, y se nota. Durante los años, a medida que la gente se mudaba a la ciudad, el gobierno desreguló el transporte masivo para generar empleo. Por lo tanto, no es raro que ingenieros o gerentes de banco de mediana edad sean conductores de taxi, pues las restricciones sobre quién puede comprar y conducir un autobús o un taxi son muy ligeras. A medida que la capital ha ido creciendo--hoy cuenta con cinco millones de habitantes--, también ha aumentado el sistema privado de buses, que suman más de 7,000.

Mientras tanto, los chilenos tienen más dinero y compran más autos. Según el gobierno, durante la década de 1990, el uso de los autobuses se redujo en un 20%, mientras que los viajes en automóvil aumentaron en ese mismo porcentaje. A pesar de la reciente ampliación del sistema de transporte metropolitano, apenas el 7% del transporte se hace por este medio. Estas son malas noticias si se Llene en cuenta que los buses y autos emiten la mitad del aire contaminado y más del 90% del monóxido de carbono que se respira en Santiago.

Durante el invierno, cuando el aire frío atrapa la contaminación en el valle de Santiago, las escuelas y las fábricas cierran sus puertas. Luego está la molestia de usar el transporte masivo de una ciudad cuyas calles viven taponadas. "En los buses hay muchos robos, los conductores llevan las puertas abiertas y entra toda clase de vendedores ambulantes", dice el pasajero Rodrigo Navarrete.

El nuevo proyecto reduciría el número de buses y autos en las calles de Santiago, disminuyendo el tiempo de viaje con la construcción de nuevas carreteras y líneas de metro, y con la integración de los sistemas de pago del transporte masivo. Nuevas estaciones conectarían el metro con las líneas de buses, permitiendo a los usuarios pagar con tarjetas electrónicas especiales que mejorarían la contabilidad.

Aunque el gobierno quería que Transantiago estuviera en pleno funcionamiento para mayo de 2005, ahora dice que el proyecto no será una realidad hasta agosto de 2006.

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